viernes, 22 de junio de 2012

#19

La palabra que buscaba era “buscar”. Comienzo, fin, el sentido.
Afónica, hasta tímida, su voz entra en contacto con la esencia misma de la esencia. Ya no hay drama, solo su caprichosa risa: transportando miradas, evocando paraisos.
El quiebre haciendo vibrar el pecho, tono a tono, como el amor cantado por un soñador. Ella es la soledad, lo inalcanzable, para algunos olvidada, para muchos el único motivo: Resignación o religión. El “encontrar”, “perder”, “seguir” y no olvidar.
Y así en epifánica memoria, su rostro me atormenta guiñandome un ojo con displicente humor. Busco mortalizar la imagen pero no puedo, cada instante en su recuerdo es eterno: dejo que pasen los mundos por delante, por encima. Mi forma cambia, mis “quiero”, mis “no puedo” cambian, pero ella no.
Ahora veo estas patéticas palabras una caminando tras la otra, suplicándote, idolatrandote, y siento; Pienso en por qué tuve que ser yo, yo y mi tiempo, las víctimas de tu divina existencia. Pero la respuesta es tan fácil que avergüenza.
Tonto
Tonto es simple palabra
de simple poeta
de palabras sencillas,
tardará mil años,
en redundantes versos
en repetidas palabras,
como palabra,
en expresar, en descargar
en explicar en fin,
quien fue ella,
quien no fue él,
cuántos fuimos.
Si ahora soy él
repitiendo
repitiéndola.
Y aún no puedo,
aún no quiero,
Dejar de...
Tonto.