Estará ya vacía y carcomida
la luna a la cual le tocó observar
las miradas furtivas de los dos
despechando años de distancia.
Sabrían las paredes de esa casa
que de tus ojos no se iban a olvidar
aún cuando las derrumben las manías,
las masas gigantes de la soledad.
Y en cuántos caminos distintos
mi cabeza nos va a desviar,
en cuántos universos paralelos,
hasta crear un momento de sinceridad.