lunes, 27 de febrero de 2023

dictado de verano

en el momento
drástico pero            emancipado
del yo autómata se dicta:

        pasar de las horas lentas
prácticas del día de día y del día de noche:
luces amarillas o
blancas
que atraviesan
cada esfuerzo cada molécula
    tenaz     de la persiana
dejando un rastro de sombras
sin carácter en la pared;

el vuelo bajo de una calandria
que no me detecta o
me ignora
y roza los pelos de mi
pierna acostada sobre la otra
en el medio de la terraza;

al                daño acumulado
y al llanto de todas
                las nimiedades:
frescura;

fuego que se imparte
acto reflejo e injusto
tacto ambiguo indiferente producto del
        desconsuelo;

            al
¡ruido!;

los golpes del mar la
risa sumergida y salada que precede
la misma potencia
en cada etapa de la vida;

y silencio del cuerpo frágil
una vez victorioso:
        conforme;

perdonar y entender
cada contexto;

tomo a gusto lo que queda
el acto desinteresado de amor
de dejarnos una parte:            hueco
en la dimensión del lenguaje
donde podemos
            acurrucarnos