jueves, 2 de diciembre de 2010

#6

Veo el amanecer de los sueños frustrados. Sin olvidar todavía que durante la noche entera, ella bailó haciéndose su propia música. Quién me quitará la tontera de no haberla acompañado…Quién pudiera aún más que eso, y hacerme sentir digno de siquiera mirarla.
Será que esa esencia de alegría, esa mística pero ineludible certeza de felicidad, trae consigo un conjuro para quienes la presencian. Y yo que no camino sin pensar cuál pie va adelante, entre certezas soy como el mozo en el festín, no disfruto al servicio de la duda…
Pasan los años y el tiempo sigue quieto. El momento sigue intacto, su pelo volando por  detrás y cayendo sobre su hombro, su sonrisa comenzando a enfriar, y finalmente sus ojos congelando todo con su brillo. Aquello que insinuaba un “adiós hasta nunca”, fue en mi cabeza la sentencia a la eternidad del arrepentimiento.
Lamento no haberme sentido lo suficientemente valioso para acompañarla, pero estoy seguro que mi compañía solo hubiera opacado su luminosidad. Y aún más seguro estoy, de que seguirá siendo feliz, allí en el movimiento de los segundos, allí en la realidad.

lunes, 22 de noviembre de 2010

#5

Ella suspira con el recuerdo del mar y sus avances. Sabe de memoria las horas y las fechas, de los aniversarios de lo que no fue.
Y el día en que la nostalgia separa las ideas de la rutina, sufre en desmedida por el tiempo con el que ha invertido en su realidad. Regida por apariencias, llevada de la mano por la mistificación del vacío.
Se sabe victima, pero no sabe de quién o de qué. Se siente sola, aunque esté rodeada de personas. Llueven las lágrimas al mirarse y verse en defectos frente a un espejo, aunque esté maquillada y vestida, con lo mejor de lo mejor. Ahora es una más del montón, se da cuenta. Y mientras la máscara se va desfigurando, logra entrever en sus ojos, el poco brillo que queda. Se ve corriendo de lado a lado en el jardín de su infancia. Se ve regalando sonrisas, a la vida que nada le exigía.
Pero vuelve enseguida y siente vergüenza del recuerdo. Se acomoda la coraza, pide ayuda con todas sus fuerzas. Quién le seca la cara y la maquilla nuevamente, no lo sabe. Solo piensa en no pensar, en que siga lo que siga, será el éxito para los demás. Aunque arda por dentro el fuego de las experiencias no vividas, y aunque la incoherencia se coma minuto a minuto, pedazo a pedazo, lo que queda de su alma. Ella se casa y el mar esta lejos…ahora es inútil recordar.

lunes, 1 de noviembre de 2010

#4

Día. Corren los rayos de luz a través de las rendijas de la ventana, con violencia, ajusticiando. <<Pensar>> “cuántas miradas habrán sido testigos privilegiados de tu sonrisa…cuántos la habrán entendido…”
<<Dar la espalda, y seguir al sueño>>. No podría creer, en otra vida, cómo desperdició algún segundo sin volver a ella. Es que alguna vez se presentó en otras, alguna vez hasta en algún espejo. Y claro, en esta vida no hay duda, no la merece.
Ya el viejo se acerca por fuera, a quien por dentro siempre fue. Y cualquiera puede darse cuenta, que robaría juventud de cualquier esbozo de sonrisa. Ya las fotos no le sirven, desteñidas, deformadas, ya no entiende lo que ve. Y ya no sabe si estuvo o no ahí, si fue verdad, o si la inventó él. Si el otro se la robó, si ella lloró…alguna vez.
Hay que darle el maquiavélico punto a la imaginación, que de tan bella creación, tan oscuro destino le otorgó a su creador. Y que aún así todavía lo acompañe, con saña, cuando le da la espalda a la luz y se deja caer sobre su almohada, y por última vez…vuelve a soñar.

miércoles, 13 de octubre de 2010

#3

No sé si quedarán motivos.
Busqué por todos lados. Un desierto, un árbol enjaulado. Algo.
Busqué buscando (sin ánimos de redundancias), con los ojos las miradas, y por dentro, algún sentimiento. No hay motivo.
Sabré por loco lo que por sano habrá sabido el bueno, pero sabré por malo, lo que el bueno no ha sabido, por no ser loco.
Y encontré un saber, un querer saber más bien, mil migrañas y una certeza. Estoy solo.
Mechando “ideas”, viviendo la vida de alguien. Otra ficción.
Y qué es esto si no extravagancia…No hay motivos para quejarse. No los hubo para excusarse. Ya el sutil eco de los arrepentimientos, representa toda la música de los actos de esta vida. Y menos aún como actor no hay motivo para buscarlos…el actor pretende, se abstrae de todo, hasta de la música. Actúa. Nada más.

jueves, 23 de septiembre de 2010

#2

Cambio de planes, otra vez. Prorrogar, desestimar, en una confusa y enturbiada realidad, donde los deseos se tratan como enfermos terminales, sin anestesia.
Y será que la soledad atormenta, al saberse ganadora, hasta al más rodeado de los seres. Será que este pánico aboga por un optimismo venidero. O simplemente será pánico, alimentado del mismo terror a perder el tiempo para escribir estas palabras. De cualquier modo es pánico.
No quiero olvidarme de tu existencia, pero olvidando la mía no existiría otra salida. No quiero olvidar que aún puedo escribirte, aunque no existas, aunque yo no exista. No quiero pero me obligo segundo a segundo, a asesinar nuestra ficción, y volver a la rutina. Y aún así siendo fénix, el viento se esta llevando nuestras cenizas…Y esta soledad de la rutina, es mucho más angustiante que la soledad de la fantasía…

viernes, 17 de septiembre de 2010

#1

¿Amerita la visión del caos, empezar una actividad sumamente egoista, de irresponsabilidad, de desahogo?