Ha estallado el mundo
inflado más allá del extremo
con deseos vanos o arteros:
soplamos cuánto queremos
ser otros en realidad.
Ha estallado una vez más,
en billones y trillones de pedazos
y lo hemos vuelto a ensamblar:
a fuerza de religiones, inercia o displicencia
aún azules, aún con pretensión.
Y con cada vuelta al eje
nos recibe inocente
mirando tierna y acaloradamente
preguntando sin memoria
"¿Hoy quién querés ser?"
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