Son las ocho y cuarto y es
la hora de sacar la basura
el olor no molesta
como otras veces
porque ya aprendí
a cerrar bien la bolsa.
Todo está tibio todavía
tibio y encerrado
como todo lo que siento.
Es más fácil deshacerse
de lo que uno no ha probado
es más fácil tirar
memorias de estantes
que nunca alcanzamos
por miedo a las alturas.
Son las ocho y cuarto y
ya pasó el puto basurero.
Voy a tener que convivir con vos,
hasta mañana.
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