Te lleva el viento
sobre una cama de pelo
de algún castaño
que no puedo distinguir.
Lees un mapa falso
y dibujás con un dedo
las nubes que te borran
de un cielo pretencioso.
Entonces ya no te veo
entonces desespero
y me pregunto si vale la pena
ese o cualquier sueño.
Me despierto mirando un pelo
flotando sobre tu almohada
sé que nunca pude alcanzar,
más que con la vista,
a la chica que nunca sonríe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario