Caminabas sobre un charco
sonriendo a no sé quién
yo ya miraba desde abajo
lo que atardece y duerme
los cuerpos la memoria
y vos salpicabas a los ojos
mientras te ibas cantando
que me regalabas
un asesinato cortés
la veda la mentira
el arte que muere y renace
en forma de bandada
dibujándole una espiral al sol
que baja baja desaparece
con las aves rojas
que escupí al escuchar tu portazo.
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