cuando empecé a golpear las paredes
me daba culpa
maltratar la casa
y si rompía
y si sangre
la baba de la furia me engalanaba
también el goce
de fuerza bruta
cuando casa empieza
a venirse abajo
como mis manos
ya no
hay reproche
y
si pegamos
y
si lágrimas
la baba convulsionada del amanecer
abraza el piso
a fuerza nula
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