los codos la baranda
la pelusa enajenada
que vuela hasta vos
pensaba en la mañana en la manía
canciones de los dos y en cómo ibas a decir:
"ha de ser vidrio que haya en tu corazón"
el mate re lavado
se anuda entre tus manos
se lleva la pareja
y el resto de sol
no vale la pena
discutir
ni un segundo más
le saco el suéter
a la pelusa tuya que guardo
en un bolsillo en un armario
y lo último:
"que mal te quedan balcones sin grácil fantasía"
y el avenimiento.
líneas que corren áureas
las rodillas la vereda
el sonido de las rocas
pisadas por cubiertas
la risa anudada
sobre los teléfonos
sirenas
ni un segundo más
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