lunes, 22 de noviembre de 2010

#5

Ella suspira con el recuerdo del mar y sus avances. Sabe de memoria las horas y las fechas, de los aniversarios de lo que no fue.
Y el día en que la nostalgia separa las ideas de la rutina, sufre en desmedida por el tiempo con el que ha invertido en su realidad. Regida por apariencias, llevada de la mano por la mistificación del vacío.
Se sabe victima, pero no sabe de quién o de qué. Se siente sola, aunque esté rodeada de personas. Llueven las lágrimas al mirarse y verse en defectos frente a un espejo, aunque esté maquillada y vestida, con lo mejor de lo mejor. Ahora es una más del montón, se da cuenta. Y mientras la máscara se va desfigurando, logra entrever en sus ojos, el poco brillo que queda. Se ve corriendo de lado a lado en el jardín de su infancia. Se ve regalando sonrisas, a la vida que nada le exigía.
Pero vuelve enseguida y siente vergüenza del recuerdo. Se acomoda la coraza, pide ayuda con todas sus fuerzas. Quién le seca la cara y la maquilla nuevamente, no lo sabe. Solo piensa en no pensar, en que siga lo que siga, será el éxito para los demás. Aunque arda por dentro el fuego de las experiencias no vividas, y aunque la incoherencia se coma minuto a minuto, pedazo a pedazo, lo que queda de su alma. Ella se casa y el mar esta lejos…ahora es inútil recordar.

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