Ella eligió callar
frente al cúmulo de olvido
decidió quererse un poco más
de lo que pudiera
quererse cualquiera.
Ella santa y voraz
salta de poso en poso
sin pestañear
ni darse vuelta
comiéndose al mundo.
Él es un agujero virtual
un romántico enterrado
con la mirada eterna
al vacío entre estrellas
y adicto a su nostalgia.
Él tibio e ignorante
araña en vano el barro
que derrumba su subida
no quiere aprender por qué
pero sigue preguntándose.
Ella quiere encontrar
alguien que la desafíe.
Él quiere mirar una estrella
y que le devuelva la mirada.
Él ya le ganó.
Ella ya lo miró.
Ninguno se dio cuenta.
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